El precio de la energía
En Rumanía, la liberalización del precio del gas ha sido aplazada.
Florentin Căpitănescu, 18.09.2014, 17:10
En un contexto regional complicado, en el que Rusia, el gran suministrador de gas de Europa, ha empezado a cerrar el grifo, incluso en el caso de Rumanía, las autoridades de Bucarest han tomado una medida no sólo lógica, sino también adecuada desde el punto de vista económico. Asi, la Cámara de los Diputados, como foro de decisión, ha adoptado el proyecto de ley sobre la modificación y conclusión de la Ley de la energía eléctrica y del gas natural y de la Ley del petróleo, respectivamente.
Una de las principales modificaciones es el aplazamiento en dos años y medio de la liberalización del precio del gas. El plazo inicial, acordado anteriormente con los financiadores externos de Rumanía, era el 31 de diciembre de 2018. Más allá de la razón de orden estratégico en la que insisten los analistas económicos, que consideran que la liberalización del precio debe realizarse en un contexto económico previsible, el gobierno de izquierdas de Bucarest, a través del primer ministro, Victor Ponta, pone en tela de juicio incluso el argumento social, populista.
El primer ministro social — demócrata, que acaba de presentar oficialmente su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, declaró que para la población los costes suplementarios habrían sido difíciles de soportar” si el aumento del precio del gas hubiera entrado en vigor en la fecha prevista. Ponta ha señalado también que el Ejecutivo elaborará un calendario soportable a medida que las posibilidades de apoyo social crezcan. Por otra parte, el primer ministro Ponta ha expresado la esperanza de que el jefe del Estado, Traian Băsescu, promulgue las leyes adoptadas por la Cámara de los Diputados, como un último paso hacia su aplicación.
También en el sector energético, considerado muy sensible, igual que en toda Europa, el gobierno trata de convencer a los italianos de la compañía Enel, implicada en la producción y la distribución de la energía eléctrica, de que no renuncien a sus operaciones en Rumanía. Aunque ha obtenido beneficios importantes durante su presencia en el mercado rumano, Enel anunció que vendería las acciones que posee en varias filiales regionales, pero no ofreció detalles para explicar su decisión.
Sin embargo, la prensa de Rumanía considera que las razones en que se basa esta decisión son numerosas, y van desde el sistema fiscal de Rumanía, considerado poco amistoso para los inversores, y la disminución dramática del consumo interno de energía, en el contexto de la crisis, hasta los problemas con los que Enel tropieza en su compañía, y que trataría de resolver con el dinero obtenido de la venta de las acciones que posee en Rumanía y Eslovaquia. Además, según afirman los especialistas, la salida de Enel, compañía considerada con justa razón, un inversor estratégico gracias al volumen de sus operaciones, no es una señal que atraiga a los grandes inversores extranjeros, los cuales Rumanía aún necesita.