El mundial brasileño
Hasta el 13 de julio, en todo el mundo reina el fútbol. Sobre la Copa Mundial de Fútbol y los problemas que ha causado en Brasil.
Ştefan Stoica, 12.06.2014, 16:15
Brasil ha superado los principales obstáculos y está preparado para la Copa, dentro y fuera del campo, según ha asegurado la presidenta de este gran país sudamericano, Dilma Rousseff, en un mensaje enviado a los brasileños y al mundo entero. Además, la candidata a las presidenciales que tendrán lugar en octubre ha presentado los beneficios que trae la Copa Mundial al país, es decir, aeropuertos, puertos, carreteras, puentes, vías de acceso y líneas rápidas de transporte.
Como respuesta, una organización no gubernamental ha organizado una protesta inédita: 12 balones enormes en los que han pintado cruces rojas para simbolizar las 12 ciudades en las que se organiza la Copa Mundial expuestos en la playa de Copacabana de Río de Janeiro. “Una Copa Mundial en un país de miseria financiado con dinero público es un problema moral”, se podía leer en un mensaje de los protestatarios, escrito en portugués e inglés.
Los 11.000 millones de dólares gastados para organizar el Mundial, de los que un tercio han sido para construir o reformar los estadios, han sacado a la calle a miles de brasileños que consideran que es un lujo que su país no se puede permitir. En vez de estos gastos, ellos solicitan que se invierta en los servicios públicos con problemas, como los transportes, la sanidad y la educación. Es una señal de que el fútbol, tan amado en Brasil, no es una excusa para cualquier cosa, ni para los gastos extravagantes, ni para la corrupción. Sobre la corrupción se ha hablado también en el Congreso de la FIFA, que precede cada edición de la Copa Mundial. Los importantes patrocinadores de fútbol desean que se encuentre la verdad en el caso extremadamente controvertido de la decisión de celebrar el Mundial de 2022 en Qatar.
Desgraciadamente, el fútbol parece ocupar el segundo lugar a causa de tantos escándalos. Sin embargo, a pesar de los grandes problemas internos que la Copa Mundial solo ha evidenciado, Brasil promete a todo el mundo un espectáculo impresionante y a los seguidores de su equipo nacional un nuevo título mundial, el sexto. Sin embargo, para conseguirlo, el equipo tiene que vencer a los demás miembros de la aristocracia del fútbol: España, la actual campeona, Alemania, Argentina, Italia y Reino Unido. Pero no hay que ignorar a equipos más pequeños pero potentes y capaces de sorprender, como Portugal o Bélgica.
Por otro lado, los especialistas se muestran escépticos ante las posibilidades de que este Mundial ofrezca muchos partidos de calidad. Las estrellas están cansadas tras una temporada en sus respectivos equipos, y algunas insluso faltarán por haberse lesionado. Por desgracia, el fútbol rumano faltará en el carnaval futbolístico brasileño, pero los hinchas ya se han acostumbrado. Tras un decenio glorioso, entre 1990 y 2000, marcado por resultados notables en los campeonatos, el fútbol rumano se ha hundido en la mediocridad.