El ministro de Educación ha dimitido del cargo
El ministro de Educación, Valentin Popa, ha dimitido de su cargo. Se trata de la segunda dimisión que se produce en el Gobierno de izquierda.
Bogdan Matei, 28.09.2018, 12:52
A partir de este jueves el Ministerio de Educación en el Ejecutivo integrado por el PSD y la ALDE se ha quedado sin ministro. Ingeniero, catedrático y rector de la Universidad de Suceava (en el nordeste del país), Valentin Popa ocupaba este cargo desde el pasado mes de enero cuando se instaló el equipo ejecutivo dirigido por su compañera socialdemócrata Viorica Dancila. Ésta es la segunda renuncia en el gabinete encabezado por Viorica Dăncilă, después de la presentada por el ministro de Investigación, Nicolae Burnete, el pasado 31 de agosto. Según la prensa Burnete estaba descontento con los fondos insuficientes concedidos a su cartera y seguramente tras un posible reajuste gubernamental su nombre no figuraría más en el nuevo equipo. En cambio, la dimisión de Popa ha provocado rumores. En Transilvania (en el centro de Rumanía), donde se concentra la mayor parte de la comunidad húngara del país, que suma alrededor de 1.200.000 personas, los maestros de esta etnia declararon una huelga a la japonesa. Ellos han anunciado que continuarán la protesta hasta que se suspenda la ordenanza de Gobierno que prevé que las clases de húngaro en primaria sean impartidas por profesores de lengua rumana. El líder de la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía, Kelemen Hunor, ha incluido el asunto en la agenda de la principal formación política de la comunidad y ha pedido la destitución de Popa. Recientemente la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía ha anunciado que suspende la cooperación parlamentaria con la alianza PSD-ALDE, mientras no se solucione este asunto. La lengua rumana y Rumanía no son negociables, según ha afirmado Valentin Popa quien también ha añadido que renuncia al cargo porque no está de acuerdo con la solicitud de la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía de modificar la ordenanza. En cambio, Kelemen ha declarado que la dimisión es una decisión correcta y que Popa debe asumir las consecuencias de las medidas que han causado confusión en decenas de miles de alumnos, profesores y padres.
Desde los bancos del poder, el presidente de la ALDE, Calin Popescu Tariceanu, ha precisado que no conoce los motivos de la dimisión de Popa, pero el líder de la UDHR le había comunicado ya su descontento en referencia al aprendizaje del rumano en las escuelas donde se estudia en la lengua materna. Desde la oposición, el Partido Nacional Liberal señala que la dimisión del ministro no es un gesto de honor, sino de impotencia e incompetencia y cualquier persona que le reemplace tendrá una misión difícil. Los analistas piensan que los motivos de la renuncia de Popa son de índole aritmética. Gracias a una representación del 6% en el Parlamento rumano, la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía ha formado parte en los últimos 20 años de los gabinetes de coalición de Bucarest, tanto de derecha como de izquierda. Cuando no está en el Gobierno, en general la Unión vota a favor del poder. Por eso, para el líder socialdemócrata Liviu Dragnea, los votos de los parlamentarios húngaros podrían ser vitales en el contexto de las dimisiones cada vez más frecuentes de su propio partido. Según los comentaristas, no es ninguna casualidad el hecho de que Popa haya renunciado a su cargo después de una reunión a solas con Dragnea.