El informe de la DNA para el 2017
La fiscal jefa de la DNA, Laura Codruţa Kovesi, ha presentado este miércoles el balance de esta institución para el 2017. Según el presidente Klaus Iohannis, los datos indican resultados eficientes y contradicen el informe del ministro de Justicia.
Ştefan Stoica, 01.03.2018, 14:56
El año pasado, los fiscales anticorrupción finalizaron más de 3.800 expedientes, lo que representa un récord desde la creación de esta institución, ha señalado la fiscal jefa de la DNA, Laura Codruţa Kövesi. Casi 1.000 inculpados fueron enjuiciados y, en base a las requisitorias de la DNA, el año pasado, los tribunales dictaron más de 700 condenas definitivas. Un 12% fueron absueltos, de los cuales un cuarto por decisión del Tribunal Constitucional, ya que el abuso de poderes fue limitado a una simple violación de la ley. La jefa de la DNA ha destacado que el 2017 ha sido un año difícil para la lucha anticorrupción, que se ha visto fuertemente cuestionada. También ha habido algunos intentos, ha dicho Kovesi, de modificar la legislación para despenalizar ciertos delitos, eliminar algunos instrumentos legales o cambiar el estatuto del fiscal. También ha recordado que la institución que ella dirige ha criticado los cambios de manera transparente y argumentada. Laura Codruţa Kövesi:
”Nosotros no hacemos la ley, sino que la aplicamos. Pero cuando ciertas modificaciones pueden afectar nuestra actividad, tenemos la obligación de expresar nuestra opinión sobre los riesgos y las vulnerabilidades que pueden aparecer. Rechazamos los cambios que debilitan la legislación, la eliminación de los instrumentos que son eficientes para comprobar la comisión de delitos graves, como el delito de corrupción; nos oponemos al cambio del estatuto de independencia del magistrado. Estamos abogando por una legislación estable, por fiscales independientes, ya que la independencia del fiscal es un valor incorruptible”.
La presentación del informe llega en el complicado contexto de la batalla por la Justicia, creen los analistas. El ministro de especialidad, Tudorel Toader, inició la semana pasada el proceso de destitución del cargo contra la jefa de la DNA, a la que ha acusado de grave violación de sus atribuciones, presiones ejercidas contra el Gobierno y el buen funcionamiento de las instituciones, intervención en algunos expedientes o falta de reacción ante la verificación de algunos fiscales. El Consejo Superior de la Magistratura ha emitido un dictamen negativo sobre la propuesta de destitución de Laura Codruţa Kövesi. Aunque tiene solo un carácter consultivo, este dictamen comparte la opinión del presidente Klaus Iohannis, al que le pertenece la decisión final. Este miércoles el presidente ha acudido a la presentación del informe de la DNA, donde ha declarado tajantemente que los datos son claros y objetivos y que vuelven a demostrar que la DNA funciona como una institución eficiente y desde hace muchos años se ha colocado en la primera fila de la lucha anticorrupción. Prácticamente los resultados obtenidos en 2017 contradicen la evaluación hecha por el ministro Toader, a la que Iohannis ha calificado de subjetiva, tendenciosa y partidaria. El jefe del Estado ha condenado lo que considera unas manifestaciones virulentas y unos fuertes intentos de desacreditar la Dirección Nacional Anticorrupción y subordinar la Justicia. Klaus Iohannis:
”Unos inculpados y unos delincuentes, que han sido condenados por las instituciones del Estado por haber violado la ley, se han unido para desacreditar a los que los han condenado. Todas estas acciones conjuntas presentadas por los medios de comunicación no tendrán ningún éxito. Los que lo han planeado son los que se han quedado en el pasado, los que viven con la ilusión de que el poder aporta privilegios y se ejerce a través de abusos.”
Tal vez afectado por las críticas expresadas por el presidente, el jefe del PSD, en la coalición gobernante, Liviu Dragnea, ha replicado:
”Esta es una declaración falsa. Si sigue de la misma manera, seguro que cometerá un error”.
Por si aún lo dudaban, la guerra por la Justicia continúa.
Traducción S. Sarbescu