El Gobierno, entre reestructuración y moción de censura
El Gobierno de Rumanía, reorganizado o reestructurado, irá la próxima semana al Parlamento para pedir un voto de confianza.
Ştefan Stoica, 10.09.2019, 14:16
En Rumanía, la batalla política se traslada al Parlamento, y la apuesta es el Gobierno minoritario liderado por la líder del PSD, Viorica Dăncilă. Su destino es incierto después de que su socio, la ALDE, se retirara de la coalición, y el gabinete perdiera la mayoría. Bajo la presión del presidente y de la oposición que, invocando la Constitución, afirman que debido al cambio de la configuración política es necesario pedir el voto de confianza en el Legislativo, el PSD ha decidido cumplir con esto.
Viorica Dăncilă ha anunciado que la próxima semana pedirá en el Parlamento el voto de confianza para el Gobierno y ha asegurado que no tiene miedo de que sea negativo. Según la primera ministra, el partido no ha decidido todavía si el Ejecutivo será reestructurado o reorganizado. En la versión de la reestructuración, la nueva forma gubernamental sería más reducida, con solo 19 ministerios y el cargo de primer ministro. Una muestra más de que la ley fundamental no ofrece soluciones claras a las crisis políticas es lo que ha destacado la primera ministra Dăncilă, es decir que aunque quiera obtener el voto de confianza en el Parlamento, si esto no pasa, el Gobierno no caerá.
El voto contra la reestructuración no conlleva la dimisión del gabinete, por esto hace falta reforzarlo y completarlo con una moción de censura, ha llamado la atención la primera vicepresidenta del PNL, el principal partido en la oposición, Raluca Turcan. Ella ha afirmado que este Gobierno no tiene legitimidad, no sabe y no puede gobernar, tiene graves problemas respecto a la integridad y los resultados de los ministros, y por lo tanto debe ser detenido. La líder liberal ha declarado también que hay un compromiso firme para firmar la moción de censura que el PNL promete iniciar. Los liberales han hablado sobre este tema con la USR, el PMP, la ALDE, el Pro Rumanía, la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía (UDMR, por sus siglas en rumano) y con los representantes de las minorías y han afirmado que todos ellos les han dado señales favorables.
La USR y su aliado que no está en el Parlamento, el PLUS, liderado por el ex primer ministro tecnócrata Dacian Cioloş, consideran que el Ejecutivo del PSD ya no tiene la credibilidad y la legitimidad necesarias para proponer cambios en la estructura o la composición. Cioloş y el presidente de la USR, Dan Barna, insisten en que es necesario organizar elecciones anticipadas. Éstas podrían ser organizadas a mediados del próximo año, junto con las elecciones locales, en el contexto en que las elecciones legislativas están previstas para otoño de 2020. La alianza de la USR y el PLUS propone al jefe del Estado, al PNL, a la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía (la UDMR, por sus siglas en rumano), al grupo de las minorías nacionales, al Pro Rumanía y a la ALDE, un pacto para las elecciones anticipadas, ha precisado Dan Barna.
Durante los casi 3 años desde que se instalaron en el poder, los Gobiernos del PSD y la ALDE han resistido a todas las mociones de censura de la oposición. Gesto político sin precedentes en la democracia después de la caída del comunismo, el PSD derribó su propio gabinete por insubordinación al exlíder autoritario, que está ahora en la cárcel por corrupción, Liviu Dragnea. Un cálculo simple muestra que el gabinete de Dăncilă tiene posibilidades mínimas de escapar, pero nada es seguro en la política en Bucarest.