El Gobierno entre la moción y las ordenanzas
El primer Gobierno monocolor liberal de la Rumanía postcomunista ha sido destituido este miércoles, a través de una moción de censura.
Roxana Vasile, 05.02.2020, 19:34
Casi tres meses después de su investidura, el Gobierno monocolor liberal rumano dirigido por Ludovic Orban ha sido destituido bajo la misma forma en la que había llegado, es decir mediante una moción de censura. Tras presentar a mediados del pasado mes de octubre una moción de censura contra el Gobierno encabezado por el PSD, había llegado la hora de los socialdemócratas, seguidos por la Unión Democrática de los Húngaros en Rumanía, para iniciar una gestión parecida y convencer a un número mayor de parlamentarios de que el Ejecutivo de Ludovic Orban tenía que ser destituido.
Para la destitución del Gobierno liberal eran necesarios 233 votos a favor, como mínimo, es decir la mitad más uno del número total de diputados y senadores. A favor del desbanco de Orban votaron 261 parlamentarios reprochando al Ejecutivo liberal haber infringido los principios democráticos a la hora de optar por asumir la responsabilidad para la elección de los alcaldes en dos vueltas de escrutinio, sólo algunos meses antes de las elecciones locales, por razones políticas y no en beneficio del ciudadano. El equipo gubernamental de Orban violó también las decisiones del Tribunal Constitucional y las recomendaciones de las instituciones europeas, según se ha precisado en la moción titulada “El Gobierno Orban/PNL: la privatización de la democracia rumana.
Apoyados por sus socios de la Unión Salvar Rumanía o del Partido Movimiento Popular, los liberales replicaron afirmando que el regreso a las elecciones de los alcaldes a dos vueltas les conferiría a éstos mayor legitimidad y autoridad y que sería del agrado de un 80% de los rumanos. Anteriormente a la adopción de la moción de censura, por lo menos en declaraciones, el primer ministro Ludovic Orban se había mostrado convencido de que ésta no sería aprobada por el Parlamento pero la realidad mostró lo contrario. Pese a ello, animado por el deseo de estar preparado para enfrentar un eventual fracaso, el Gobierno liberal aprobó la noche anterior un número récord de ordenanzas de urgencia, nada menos que 25, que un Gobierno destituido con prerrogativas limitadas no habría podido adoptar.
Una de estas ordenanzas introduce nuevas reglas para las elecciones parlamentarias anticipadas: reduce el plazo de la votación de 90 a 45 días, regula el voto en listas adicionales a nivel nacional y prevé la duración del proceso de tres días en el extranjero. Además, el número de parlamentarios que representarán a los rumanos de la diáspora se duplica llegando a los 12. Sin embargo, este miércoles, la caída del Gobierno de Orban a través de una moción de censura podría ser un primer paso para convocar elecciones anticipadas, según desea el PNL, así como otros partidos parlamentarios y el presidente del país, Klaus Iohannis, ya que normalmente las elecciones están programadas para el otoño. Pero para convocar elecciones anticipadas, el Parlamento debería rechazar al menos dos propuestas para el cargo de primer ministro. El presidente de la Autoridad Electoral Permanente, Constantin-Florin Mituleţu-Buică, ya ha anunciado que la institución que representa ha entrado en la lógica de las elecciones, preparándose, este año, tanto para las elecciones locales como para parlamentarias.