El examen de Bachillerato tiene nuevas regulaciones
Más de 170.000 estudiantes y graduados de promociones anteriores tendrán, a partir de este lunes, las pruebas de evaluación de las competencias lingüísticas y digitales en el examen nacional de Bachillerato.
Bogdan Matei, 12.02.2018, 15:14
Por primera vez en la historia de la enseñanza rumana poscomunista, este año el examen de Bachillerato comienza en febrero, con una primera convocatoria que incluye las pruebas orales y digitales. Unos 177.000 estudiantes o graduados en promociones anteriores acudirán a los exámenes hasta el próximo 22 de febrero, a las pruebas de comunicación oral en rumano y, para los alumnos de las minorías, en la lengua materna, el examen de una lengua extranjera de circulación internacional, así como las competencias digitales. Para las pruebas que tienen lugar en febrero no se ofrecen calificaciones ya que los candidatos recibirán solo un ”aprobado o suspendido”. Las pruebas escritas recibirán calificaciones y tendrán lugar en la segunda convocatoria del Bachillerato, entre el 25 y el 28 de junio. El calendario ha sido establecido junto con representantes de los padres y los estudiantes, por el exministro socialdemócrata de Educación, Liviu Pop. Destituido por su partido el mes pasado junto con el antiguo primer ministro Mihai Tudose, Pop había dicho que el periodo anterior a las pruebas escritas estaba muy aglomerado para los alumnos y que la reprogramación de los exámenes les ofrecería un momento de descanso antes del verano. Pero los sindicatos de la educación advierten que la modificación del calendario de exámenes podría conllevar a una situación extraña, que no esté regulada por las leyes vigentes. Los que han suspendio un curso o un año docente no podrán acudir a las pruebas escritas en junio. Pero, después de esta convocatoria, podrían tener una parte de los examenes ya aprobados. Solo en verano se podrán sacar las conclusiones sobre la oportunidad de las nuevas regulaciones, posiblemente si las comparamos con el Bachillerato de 2017, cuando se obtuvieron las mejores calificaciones de los últimos 8 años. El año pasado la tasa de aprobados alcanzó un 73%, lo que significa un 5% más que en 2016. De los más de 135.000 estudiantes registrados en todo el país, solo 97 obtuvieron nota máxima.
Los distritos con los mejores resultados han sido Sibiu (en el centro del país), Bacău y Iaşi, (este) y Cluj (noroeste), y en el polo opuesto se han situado Ilfov y Giurgiu, (ubicados en el sur). El ministro Pop decía en aquella ocasión que las calificaciones no se debían a que los temas fueran más fáciles que en los años anteriores, sino a los propios estudiantes que habían mejorado su nivel de preparación. Pero el año pasado también hubo institutos en los que la tasa de aprobados fue cero. El PNL, de la oposición, cree que los resultados obtenidos en el Bachillerato requieren medidas urgentes por parte de las autoridades para apoyar la enseñanza. Los liberales, antiguos titulares de Educación, han criticado el examen de Bachillerato, que desde su punto de vista se ha convertido en los últimos años en un instrumento burocrático a través del cual el número de jóvenes desempleados, sin calificaciones, competencias prácticas u oportunidades de integrarse en el mercado laboral ha aumentado.