El Día de la Independencia de la República de Moldavia
La República de Moldavia que tiene vínculos lingüísticos, históricos y culturales con Rumanía, cumple 23 años desde la proclamación de la independencia de Moscú.
Bogdan Matei, 27.08.2014, 16:42
El presidente de Rumanía, Traian Băsescu, le ha transmitido a su homólogo de Chisináu, Nicolae Timofti, que Rumanía apoyará siempre a la República de Moldavia. “Sus aspiraciones europeas y la prosperidad de sus ciudadanos, a los que nos une una larga historia y, sobre todo, una profunda amistad, serán siempre mi proyecto del alma.” — escribe el actual presidente de Rumanía, expresando tal vez de una forma más explícita que sus predecesores una constante de la política rumana tras la caída del comunismo. Indiferentemente de su visión ideológica, el apoyo a la República de Moldavia ha sido una prioridad para todos los presidentes, primeros ministros y ministros de Exteriores de Bucarest.
Cuando el 27 de agosto de 1991, el Parlamento de Chisináu cumplía con el deseo unánime de cientos de miles de personas reunidas en el centro de la ciudad y proclamaba la independencia a la Unión Soviética, Rumanía fue el primer estado del mundo en reconocer la soberanía de su nuevo vecino. Acababa entonces medio siglo de ocupación soviética, llena de tragedias y sufrimiento. La actual República de Moldavia ocupa parte de los territorios rumanos anexionados en 1940, tras un ultimátum, por la Unión Soviética de Stalin. Cientos de miles de ciudadanos de origen rumano se refugiaron entonces en Rumanía. Otras decenas de miles de personas– familias enteras, consideradas incompatibles con la ideología soviética- fueron deportadas a Siberia. Detenciones abusivas, procesos muy breves, con sentencias previamente conocidas, rápidas ejecuciones — nada faltó del arsenal de la represión estalinista contra la población autóctona.
El régimen sustituyó a los refugiados y deportados por colonistas procedentes de todo el imperio ruso. Herida, traumatizada, con las élites decapitadas, la comunidad rumana se quedó de pie, y el fracaso de la Unión Soviética la encontró preparada para la separación de Moscú. Sin embargo, la proclamación de la independencia solo fue el primer paso. En 1992, la región secesionista prorrusa de Transnistria se separó de Chisináu, tras un conflicto armado saldado con numerosas víctimas y la intervención de las tropas de Moscú de parte de los separatistas. En el primer decenio de los años 2000, en el poder se instaló el impenitente partido comunista partidario de Moscú, liderado por el antiguo general de milicia Vladimir Voronin.
Apenas en 2009, con la actual administración tripartita pro-ocidental, la República de Moldavia pudo asumirse y promocionar su vocación europea. Tras firmar acuerdos de asociación y libre comercio con la UE, los responsables de Bruselas consideran que la República de Moldavia representa un éxito de la colaboración entre los países del este. El valor y la perseverancia con la que tanto los políticos, como los segmentos dinámicos de la sociedad se han asumido las duras reformas, le dan a la República de Moldavia el derecho a esperar que la independencia proclamada hace 23 años tenga resultados y le traiga la prosperidad y el Estado de derecho que solo la integración europea le puede ofrecer.
(Traducción por Monica Tarau)