El caso “Sebastian Ghita”
El empresario rumano Sebastian Ghita, que figura en la lista de las personas más buscadas por Interpol, ha sido localizado y detenido en la noche del jueves al viernes en Belgrado, casi 4 meses después de su desaparición el pasado 21 de diciembre.
Ştefan Stoica, 14.04.2017, 14:52
La Policía rumana ha informado que en el momento de su localización Sebastian Ghita ha presentado documentos falsos con el emblema de un Estado europeo. La Policía ha precisado que Ghita ha sido localizado gracias a las complejas actividades de investigación iniciadas por las autoridades y ha agradecido a las fuerzas del orden en Serbia, Hungría, Bulgaria, Grecia, Turquía, Montenegro, Croacia, Austria, Italia y Francia así como a los socios internos por su colaboración en este caso.
Ghita desapareció en la noche del 19 al 20 de diciembre de 2016 después de que los policías fracasaran en su intento de capturarlo en la carretera nacional más circulada, la DN1. Ghita conducía hacia su casa tras participar en un evento organizado por el Servicio Rumano de Inteligencia. La información fue suministrada por fuentes judiciales a la agencia de prensa MEDIAFAX. Los policías que lo vigilaban afirmaron que éste conducía a más de 200 km por hora y que otro coche los había bloqueado. Posteriormente, el coche en el que estaba Ghita fue encontrado delante de su casa y los policías pensaron que estaba dormido.
La aparición y evolución de Sebastian Ghita en el escenario público también han sido calificadas de espectaculares. Ghita, un joven empresario, a través de su empresa de tecnología de la información se convierte en favorito de los contratos más beneficiosos con el Estado y un allegado de varias figuras políticas importantes, siendo una de ellas el antiguo primer ministro socialdemócrata Victor Ponta. Su ambición no termina aquí y sus relaciones se amplían hasta llegar a los servicios de inteligencia. Los comentaristas autóctonos no descartan el escenario según el cual Sebastian Ghita sería un invento de los servicios. Sus declaraciones sobre la relación con el exdirector adjunto del Servicio Rumano de Inteligencia, Florian Coldea, le costaron a éste el cargo. Ghita también trató de arrojar sospechas sobre la fiscal jefe de la Dirección Nacional Anticorrupción, Laura Codruta Kovesi, pero ésta negó cualquier relación con el empresario. Por otra parte, Ghita aprendió de su famosos predecesores Dan Voiculescu y Sorin Ovidiu Vantu, que en este momento están en prisión, que para ser más influyente uno necesita contar con el apoyo de los medios de comunicación de masas así que fundó una cadena de televisión donde sus adversarios y los de sus amigos políticos son metas predilectas. Pero, antes de todo Sebastian Ghita es un consentido de los tribunales. Fue enviado a juicio por dos expedientes penales en los cuales también están acusados antiguos jefes de la Policía y Fiscalía de Prahova (en el sur del país) así como el exalcalde de Ploiesti, Iulian Badescu. Ghita también está siendo investigado en otros dos expedientes de corrupción. El primero sobre la visita del antiguo primer ministro británico Tony Blair a Rumanía en 2012 mientras que en el segundo está acusado de fraude con fondos europeos y otros delitos junto con el cuñado del exprimer ministro Ponta, Iulian Hertanu. Por lo tanto, es muy probable que la justicia desinfle a un personaje de la vida pública rumana considerado tóxico.