El calor y el precio de la luz
La ola de calor ha provocado el aumento del consumo de electricidad, que se reflejará de forma más aguda que antes en las facturas de los rumanos, en el contexto de la liberalización del mercado de la energía.
Roxana Vasile, 12.08.2021, 18:29
La ola de calor del último periodo en Rumanía ha provocado automáticamente el aumento del consumo de electricidad doméstico. Los principales consumidores son, por supuesto, los aparatos de aire acondicionado. Según datos aportados por la Empresa Nacional de Transporte de Energía Eléctrica «Transelectrica» la diferencia en el consumo ha sido cubierta por la importación, el promedio en las últimas semanas acercándose a los 1.000 megavatios por día.
Las fuentes de producción más importantes son las centrales hidroeléctricas, seguidas de las centrales eléctricas de carbón, la central nuclear de Cernavoda (sureste) y las centrales eléctricas basadas en hidrocarburos. La energía solar fotovoltaica, la eólica y la biomasa son solo una parte ínfima de la producción de energía en Rumanía. Además, Rumanía no tiene capacidades de producción de energía más baratas porque, en los últimos seis años, no se han puesto en funcionamiento unidades nuevas y modernas. Y las cosas no cambiarán a corto plazo.
Por lo tanto, para que los rumanos no tengan que pagar facturas exorbitantes, lo único que pueden hacer es tener mucho cuidado con el consumo. El precio actual ha subido en toda Europa en medio de la alta demanda de la economía, que se reinició después del período agudo de la pandemia. Además, en Rumanía, desde el 1 de julio el mercado de la electricidad y el gas natural se ha liberalizado totalmente y los precios para los consumidores domésticos han aumentado de manera significativa. Según el Instituto Nacional de Estadística, la tasa de inflación anual alcanzó el 5% en julio, confirmando las recientes declaraciones del gobernador del Banco Central, Mugur Isarescu.
Y el BNR aprecia que la inflación alcanzará el 5,6% a finales de año. La mayoría de los productos no alimentarios, afirman los estadísticos, han aumentado en casi un 8 por ciento. Los mayores aumentos se han producido en la energía (alrededor del 25%), el gas (más del 20%) y los combustibles (13%), que a su vez generan aumentos de precios para la mayoría de los bienes y servicios. El primer ministro liberal Florin Cîțu dice que la situación no debería causar preocupación y que los aumentos de precios son temporales, en el trasfondo del aumento permanente de los ingresos de la población. La oposición socialdemócrata le contradice y afirma que, en el contexto de la «liberalización salvaje» del mercado de la energía, que ha dado lugar a «aumentos explosivos» de las tarifas de electricidad y gas, la situación de los consumidores vulnerables, jubilados, trabajadores con salarios bajos o familias con muchos hijos, ha empeorado. Según el PSD, que cita al Instituto Nacional de Estadística, el 41% de los hogares urbanos y el 36% de las zonas rurales tienen varios meses de retraso en el pago de las facturas de servicios públicos. Es por ello que el PSD exige la adopción urgente de una Ley de Consumidores Vulnerables.
Versión en español: Victoria Sepciu