El árbol de Navidad en Rumanía, magia y tradición en cada rama
En los minutos siguientes vamos a explorar una de las tradiciones más entrañables de estas fiestas: el árbol de Navidad, sus orígenes, su significado y cómo en Rumanía celebramos esta festividad, con tradiciones que combinan lo antiguo y lo moderno, en un país lleno de historias y costumbres fascinantes.
Brigitta Pana, 26.12.2024, 12:30
El árbol de Navidad es, sin duda, uno de los símbolos más reconocidos de esta festividad. Aunque hoy lo encontramos en casi todas las casas del mundo, su origen se remonta a Europa, en particular a Alemania, en el siglo XVI. Se dice que las primeras decoraciones de árboles de Navidad eran simplemente manzanas, nueces y velas, colocadas en los árboles como símbolos de la vida y la luz. Con el tiempo, la tradición se fue extendiendo a otros países de Europa, y llegó incluso a las Américas. La costumbre de poner un árbol adornado en casa se convirtió en una tradición que, hoy en día, vemos en casi todos los hogares del mundo. Pero cada país le ha dado su toque único, sus propios adornos, y su forma de celebrarlo. Y en Rumania, el árbol de Navidad también tiene un significado muy especial.
En nuestro país, la Navidad se celebra con una gran devoción, y el árbol de Navidad juega un papel central en las festividades. Como en otros países europeos, las familias rumanas decoran sus casas con un árbol. Le ponen bolas, luces brillantes y figuras de madera pintadas a mano que representan símbolos de la naturaleza y la vida campestre. En muchas zonas, también se colocan dulces, galletas y velas en el árbol, creando una atmósfera cálida y acogedora. Además, las velas o luces tienen un significado muy profundo. La luz representa la llegada del Salvador, la esperanza y el renacimiento, algo muy importante en la tradición cristiana rumana. Las luces del árbol de Navidad iluminan no solo el hogar, sino también los corazones de aquellos que celebran. La tradición también incluye colocar una estrella en la punta del árbol, que representa la estrella de Belén, guiando a los Reyes Magos hacia el niño Jesús. En las zonas rurales de Rumanía, la Navidad tiene un sabor aún más especial, y el árbol de Navidad no solo es decorado con esmero, sino que también tiene un vínculo profundo con las costumbres y creencias locales. Una de las tradiciones más interesantes es el proceso de elegir y cortar el árbol. Muchas familias rumanas aún van al bosque a cortar su propio árbol, lo que simboliza una conexión con la naturaleza y con la tierra. En algunos casos, las familias prefieren los árboles de pino o abeto, árboles que en la tradición rumana también tienen un valor simbólico como emblemas de la vida y la regeneración.
En tiempos pasados, los rumanos esperaban al 24 de diciembre para decorar su árbol, pero en la actualidad es muy común que las familias lo hagan mucho antes. Especialmente en las ciudades, muchos rumanos colocan el árbol a principios de diciembre, a veces el 1 de diciembre, Día Nacional de Rumanía, marcando oficialmente el inicio de la temporada navideña. Esta anticipación tiene que ver con el deseo de prolongar la celebración y de llenar la casa de espíritu navideño durante todo el mes de diciembre. Aunque algunas familias mantienen la costumbre de esperar hasta Nochebuena, la decoración temprana es ahora una tendencia más común, especialmente en las ciudades. La Nochebuena, el 24 de diciembre, es el momento en que las familias rumanas suelen reunirse para cenar juntos, y es entonces cuando el árbol, lleno de luces y adornos, se convierte en el centro de la celebración, rodeado de risas, villancicos y el espíritu navideño.
Las costumbres navideñas en Rumanía son muchas y muy diversas. Uno de los momentos más esperados es la llegada de los niños a las casas para cantar los tradicionales villancicos. Los niños van de puerta en puerta, llevando alegría y esperanza a cada hogar, mientras cantan canciones llenas de significado religioso y cultural. La Nochebuena es tan importante que en algunas regiones, el «Moș Crăciun» (Papá Noel) llega no solo con regalos, sino también con historias y leyendas tradicionales sobre la Navidad. Aunque la tradición de Moș Crăciun ha evolucionado con el tiempo, en algunas partes de Rumanía, especialmente en las zonas más rurales, se cree que Moș Crăciun coloca los adornos en el árbol durante la noche del 24 de diciembre, antes de que los niños se despierten para encontrar los regalos.
Sin embargo, en muchas casas urbanas, el árbol ya está completamente decorado mucho antes de la Nochebuena. En estos hogares, Moș Crăciun suele dejar los regalos bajo el árbol, en lugar de adornarlo, lo que refleja el enfoque más moderno de las festividades. Así, el árbol de Navidad en Rumanía sigue siendo un símbolo de unión, esperanza y luz, y su significado ha perdurado a lo largo de los siglos. Si bien las costumbres han evolucionado, la esencia de la Navidad rumana sigue intacta. Ya sea decorado a principios de diciembre o en la víspera de Navidad, el árbol sigue siendo un emblema de lo más querido de la temporada: la familia, la generosidad y la alegría compartida.
Desde RRI, les deseamos una Feliz Navidad llena de paz, luz y momentos especiales. Que el espíritu del árbol de Navidad ilumine sus hogares, como ilumina el corazón de cada rumano durante estas fiestas.