Efervescencia en el escenario político
El Partido Social Demócrata, la principal formación en la coalición en el poder de Rumanía, organizará una gran manifestación para apoyar a la primera ministra Viorica Dancila.
Ştefan Stoica, 29.05.2018, 12:49
Los socialdemócratas quieren reunirse el próximo 9 de junio en Bucarest para probar su cohesión y manifestar en la calle su apoyo a la primera ministra Viorica Dancila y al programa gubernamental de la coalición integrada por el PSD y la ALDE. Es una antigua idea que el partido de izquierda más fuerte debe aplicar ahora ya que la jefa del Ejecutivo es constantemente criticada por el presidente y la oposición. Klaus Iohannis ha pedido varias veces la dimisión de la señora Dancila a la que considera incapaz de dirigir el Gobierno. Su falta de reacción tiene que ver principalmente con la indecisión en cuanto a las pensiones privadas que corren el riesgo de afectar a las inversiones y a la bolsa y sobre todo con la aprobación de un memorándum para trasladar la embajada rumana en Israel desde la ciudad de Tel Aviv a la de Jerusalén. Un traslado poco inspirado, según declaran los analistas de política exterior a través del cual el Ejecutivo hubiera fracasado gravemente, entrando en la zona de responsabilidad del presidente y comprometiendo la posición consagrada de Bucarest de equilibrio en el conflicto palestino-israelí. De hecho, el líder del PNL, en la oposición, Ludovic Orban, ha interpuesto una denuncia penal contra la primera ministra, acusándola de alta traición y usurpación de funciones por haber aprobado dicho memorándum. Mediante la manifestación del próximo 9 de junio, el PSD intenta responder tanto al presidente y a la oposición de derecha como a los parlamentarios socialdemócratas que abandonaron la formación optando por Pro Rumanía, la recién creada plataforma política del exlíder del PSD y antiguo primer ministro Victor Ponta.
En un mensaje publicado en Facebook, la Organización Bucarest-Ilfov, la más fuerte del país, ha declarado que la deserción de algunos compañeros no puede desestabilizar la coalición integrada por el PSD y la ALDE. Los intentos de confiscar el Gobierno, las amenazas hechas por el presidente Klaus Iohannis contra la primera ministra, la denuncia penal del líder del PNL así como las deserciones en el partido forman parte del plan fracasado del Estado paralelo (es decir supuestas fuerzas ocultas que incluyen políticos, fiscales, servicios de inteligencia) de bloquear la reforma de la justicia y la aplicación del programa gubernamental, según indica el mensaje.
Más de 10 parlamentarios han optado por el partido de Ponta, descontentos con el modo autoritario en el que Liviu Dragnea dirige la formación. Pro Rumanía ha lanzado este lunes su agenda según la cual los grandes partidos tradicionales han demostrado que son incapaces desde el punto de vista estructural de cambiar su programa y evolucionar. Ponta admite que intentó cambiar un gran partido político pero abandonó la idea tras haber perdido las elecciones presidenciales del 2014. Por esta razón, un proyecto nuevo, pequeño, con poca gente y pocos recursos pero con riesgos grandes, puede traer beneficios, según considera Ponta. Queda por ver si se trata de un conflicto con su excolega Dragnea, según piensan los observadores escépticos del escenario político, o si Pro Rumanía es realmente un proyecto interesante creado por un político que ha madurado tras fracasar.