Efectos después del estado de alerta
El estado de alerta declarado en el contexto de la pandemia se ha levantado, y la sociedad rumana intenta volver a la normalidad.
Bogdan Matei, 10.03.2022, 11:21
Eclipsados ya por los temores causados por la guerra en Ucrania, país vecino, los traumas causados por la epidemia de COVID-19 deben ser curados en el caso de los rumanos. Desde que comenzó la pandemia, en el territorio de Rumanía se han registrado aproximadamente 2,8 millones de casos de infección, y casi 65.000 personas diagnosticadas con el nuevo coronavirus han muerto. Los demógrafos afirman que, en dos años, Rumanía ha perdido la población de una ciudada de tamaño mediano. La vuelta a la normalidad se anuncia lenta y angustiosa, aunque esta semana se haya levantado el estado de alerta. “La epidemia de COVID-19 está en una pendiente descendente, y la quinta ola está a punto de terminar”, ha explicado el jefe del Estado, Klaus Iohannis.
Declarado en mayo de 2020, después de dos meses de estado de alarma, el estado de alerta ha supuesto numerosas restricciones que han afectado tanto a evolución económica, como la cohesión social en Rumanía. Tres gobiernos, uno monocolor y minoritario del PNL, uno de coalición entre el PNL, la USR y la UDMR y uno del PSD, el PNL y la UDMR han gestionado el país en este periodo. Y las normas a través de las cuales las autoridades afirmaron que iban a combatir la pandemia han sido, muchas veces, incoherentes y, en algunos casos, abusivas. El Tribunal Constitucional ha invalidado algunas decisiones de los mandatarios, desde las multas inmensas aplicadas durante el estado de alarma, hasta la obligación de usar mascarilla de protección sanitaria en el exterior. Uno de los casos indignantes mencionados en los medios de comunicación ha sido el de una campesina anciana multada por haber salido a la calle a recoger a sus patos que habían salido del patio, en un período en el que los ministros liberales celebraron con alcohol y tabaco, en el edificio del Gobierno, el cumpleaños del primer ministro y jefe de su partido en aquella época, Ludovic Orban.
Ahora las autoridades están intentando reanudar el diálogo con la sociedad y han anunciado medidas después de la pandemia. Las normas en el sistema sanitario instituidas en el contexto de la crisis sanitaria seguirán siendo vigentes hasta finales de este mes, y los médicos de cabecera acusan la inminente desaparión de las consultas médicas a distancia, a través de las cuales ganaban tiempo tanto ellos, como los pacientes. Una vez levantado el estado de alerta, ya no se concede el paro técnico, ya no es obligatorio cambiar el horario de trabajo y tampoco trabajar desde casa, y ya no se ocupan puestos sin concurso en las instituciones públicas. Los documentos de identidad con validez caducada entre el 1 de marzo de 2020 y el 7 de marzo de 2022 seguirán siendo válidos por un período de 90 días desde que se levantó el estado de alerta. Por lo tanto, la fecha límite para cambiar los cientos de miles de documentos de identidad caducados es el 7 de junio de 2022, y los centros de pasaportes y de registro de personas están ya abarrotados. También durante los tres meses después de haber sido levantado el estado de alerta, es necesario renegociar los convenios colectivos, lo que puede causar convulsiones a nivel social y la reanudación de las protestas sinicales, según anticipan los analistas.
Versión en español: Monica Tarău