Disturbios provocados en Rumanía por los extremistas húngaros Jobbik
Las autoridades de Bucarest están pensando en prohibir la presencia en Rumanía de los miembros del partido húngaro de extrema derecha Jobbik
Bogdan Matei, 12.03.2014, 14:55
El pasado lunes, una protesta no autorizada, iniciada en la ciudad de Târgu Mureș (en el centro del país), por organizaciones radicales de la extrema derecha de Hungría, a las que se sumaron también ciudadanos rumanos pertenecientes a la minoría húngara, se convirtió en un conflicto con las fuerzas del orden. Los protestatarios lanzaron petardos, empujaron a los gendarmes y corearon consignas. El partido Jobbik solicita la autonomía territorial del así llamado Ținut Secuiesc (País de los Székely), la única zona de Rumanía donde los húngaros son mayoría.
Los incidentes causaron inquietud en el país dado que el momento y el lugar están llenos de recuerdos traumáticos. En marzo de 1990, en la misma ciudad de Târgu Mureș, las tensiones intercomunitarias se transformaron en luchas violentas, saldadas con muertos y heridos de ambas partes. Aquel episodio negro de la transición postcomunista sucedía tres meses después de la Revolución de diciembre de 1989.
En el presente, Rumanía y Hungría son miembros de la OTAN y socios en la UE, las dos comunidades conviven pacíficamente y la principal formación política de los húngaros, la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía (UDMR), ha vuelto a formar parte recientemente del Gobierno de Bucarest.
Visiblemente irritado por el incidente ocurrido el pasado lunes, el presidente Traian Băsescu ha solicitado al gobierno y al Parlamento que prohíban la presencia en Rumanía de los miembros del partido húngaro Jobbik, uno de los organizadores de las protestas del lunes pasado. Băsescu también ha declarado que debatirá este asunto en la próxima reunión del Consejo Supremo de Defensa del País. Traian Băsescu:
“La libertad, la democracia, la libertad de circulación y el derecho a la libre expresión tienen límites y Jobbik es un partido extremista del que se avergüenzan también los gobernantes de Budapest, que no lo aceptan en las alianzas. No veo por qué nosotros tendríamos que avergonzarnos si le prohibimos el acceso a Rumanía.”
Jobbik, la tercera fuerza política en Hungría tras los conservadores y socialistas, es uno de los movimientos más virulentos de extrema derecha, ultranacionalista e irredentista. El líder del Partido Nacional Liberal, Crin Antonescu, está de acuerdo con la solicitud del presidente Băsescu, mientras que la UDMR desaprueba toda manifestación violenta y extremista. Escuchemos la declaración del viceprimer ministro Kelemen Hunor:
“No estoy de acuerdo con que la gente de Hungría, Jobbik u otras organizaciones, vengan a protestar a Târgu Mureș u otras localidades rumanas”.
Los analistas políticos recuerdan que en Hungría pronto tendrán lugar elecciones al parlamento europeo y legislativas. También aprecian que al fomentar con cinismo el odio interétnico, Jobbik busca sacar partido electoral.