Destituyen a uno de los jefes del SRI
Desde este jueves, todas las cadenas de televisión de Bucarest intentan calcular la magnitud del seísmo que ha sacudido el Servicio Rumano de Inteligencia.
Bogdan Matei, 13.01.2017, 16:05
El primer director adjunto del SRI, el general Florian Coldea, ha sido prácticamente destituido y sometido a una investigación interna. Según se afirma en el comunicado de prensa del SRI, «tras haberse publicado algunas informaciones sobre el Sr. general-teniente Florian Coldea, se ha hecho una verificación preliminar y el director del SRI, Eduard Helvig ha ordenado, según las regulaciones vigentes, la formación de una comisión especial que verificará posibles violaciones de la ley o de la deontología profesional. De esta forma, mientras no se finalice la verificación, el Sr. general Florian Coldea permanecerá destituido, según las previsiones legales, y sus atribuciones de primer adjunto del SRI serán asumidas por el director Eduard Helvig».
Los analistas creen que ”las informaciones difundidas en el espacio público” se refieren sobre todo a las fuertes acusaciones presentadas contra Coldea por el exdiputado Sebastian Ghiţă. En una grabación de vídeo presentada por su cadena de televisión, Ghiţă afirma que ha pasado las vacaciones en las Seychelles, junto con el director adjunto del SRI y su mujer. Un personaje controvertido, el antiguo diputado socialdemócrata, posteriormente refugiado en un partido marginal, euroescéptico, y que no ha logrado entrar en el Parlamento, Ghiţă desapareció a finales del año pasado. Contra él se ha emitido una orden de detención por delitos de corrupción. Ghiţă, que goza de poca credibilidad, se autopresenta como un hombre de la ley. Según ha declarado, ha hecho públicas estas informaciones sobre los altos cargos del SRI y la DNA porque en su opinión, en Rumanía las cosas avanzan rápidamente hacia un tipo de terror al que nadie podrá enfrentarse. Terror, dictadura, estado policial, república de los fiscales, han sido los principales términos utilizados por los políticos que están siendo investigados por hechos de corrupción y que consideran que Coldea y la jefa de la DNA, Laura Codruţa Kovesi, son los personajes públicos más odiosos y odiados. Aunque durante mucho tiempo parecía intocable, Coldea se muestra ahora muy vulnerable y, con solo 45 años, incluso podría acabar su brillante carrera de oficial de inteligencia. Coldea se ha hizo famoso en 2005, cuando coordinó el rescate de los 3 periodistas rumanos secuestrados en Irak, y el entonces presidente Traian Băsescu, lo nombró primer subdirector, lo que de hecho significa el número uno en el ámbito operativo. Así, Coldea ha mantenido su cargo durante más de una década, bajo el mando de 3 directores civiles: Radu Timofte, George Maior y Eduard Hellvig y también ha sido el hombre más potente del Servicio tras haber entregado Băsescu el relevo de la presidencia a Klaus Iohannis. Ahora, según suponen los analistas, Coldea ha sido la víctima de su propia creación. Ha sido él quien inventó a Ghiţă, que apoyado por el Servicio, se ha convertido, de un desconocido experto en tecnología de la información en un millonario en euros, con contratos firmados con el Estado, y además político influyente y diputado miembro de la comisión parlamentaria que controla la actividad del SRI.
Traducido: S. Sarbescu