Controversias sobre el programa energético
Los parlamentarios rumanos han aprobado un proyecto de ley que permite la finalización de unas centrales hidroeléctricas abandonadas en nombre de la protección del medio ambiente.
Bogdan Matei, 24.03.2022, 11:26
Con yacimientos propios, bastante significativos, de petróleo y gas, Rumanía depende menos que otros países del mundo libre de los hidrocarburos rusos y es menos vulnerable ante los caprichos de la cada vez más impredecible potencia de Moscú. El país tiene también una central nuclear, relativamente nueva, en Cernavodă (sudeste), con dos reactores funcionales y dos en la fase de proyecto, campos eólicos y una red hidrográfica generosa, que permite construir centrales hidroeléctricas. Sin embargo, las continuas fluctuaciones en los mercados internacionales obligan a la clase política rumana a encontrar nuevas soluciones para la largamente mencionada independencia energética del país.
Dominado por la coalición gubernamental formada por el PSD, el PNL y la UDMR, el Parlamento ha aprobado este miércoles un controvertido proyecto de ley que permite finalizar las centrales hidroeléctricas que, hace muchos años, fueron abandonadas en nombre de la protección del medio ambiente. Su construcción había comenzado antes de que Rumanía ingresara en la Unión Europea, en 2007, y asumiera las normas ecológicas mucho más duras decididas en Bruselas. El voto final perteneció a la Cámara de Diputados, donde los argumentos sobre el déficit de energía eléctrica en este período de crisis han prevalecido por encima de aquellos relacionados con la protección de la naturaleza. Los socialdemócratas, que tienen el grupo parlamentario más numeroso y han iniciado el proyecto de ley, consideran que éste permite valorar algunas importantes cantidades de dinero, en euros, invertidas ya en la construcción de centrales hidroeléctricas abandonadas. Alfred Simonis, diputado del PSD:
“En los años 2000 comenzó la construcción de algunas centrales hidroeléctricas en toda Rumanía. No teníamos dibujadas las zonas protegidas en la forma actual. Tampoco era una condición de la Comisión Europea. A partir de 2003, se invirtieron cientos de millones de euros legalmente y, posteriormente, algunos inteligentes dibujaron el mapa de las zonas protegidas en Rumanía desde su despacho. Estamos perdiendo cientos de millones de euros, y hoy tenemos déficit de energía eléctrica y necesitamos incrementar el poder de producción.”
Desde la oposición, los parlamentarios de la USR han sido los únicos que han rechazado la iniciativa legislativa. Ellos consideran que los beneficios que podrían traer, una vez finalizadas, estas centrales hidroeléctricas son poco significativos, y el entorno natural se verá gravemente afectado. Stelian Ion, diputado de la USR:
“En un beneficio ilusorio, un 0,4% de toda la producción nacional, prácticamente, se destruye gran parte de las zonas protegidas de Rumanía. Tenemos soluciones alternativas. Hay empresas que quieren invertir en las eólicas, pero los ministerios no hacen su trabajo y no las acondiciona desde el punto de vista administrativo. Se hace un daño irremediable en la naturaleza.”
El presidente Klaus Iohannis tomará la decisión final, al elegir promulgar o no la ley.
Versión en español: Monica Tarău