Congreso del Partido Popular Europeo, en Bucarest
Reunidos en Bucarest, los miembros del Partido Popular Europeo (PPE) han designado a la alemana Ursula von der Leyen para un nuevo mandato al frente del Ejecutivo de la UE y han exigido que a Rumanía y Bulgaria se les permita ingresar en el espacio Schengen
Bogdan Matei, 08.03.2024, 11:35
La presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, recibió el jueves, en Bucarest, el visto bueno de su familia política, el Partido Popular Europeo (PPE, centro-derecha), para postularse para un segundo mandato al frente del Ejecutivo comunitario. «Quedan 90 días hasta las elecciones» al Parlamento Europeo, que se celebrarán del 6 al 9 de junio, dijo von der Leyen desde la tribuna del gigantesco centro de exposiciones Romexpo, agradeciendo a los participantes su «confianza» y su amplio «apoyo» (400 votos a favor, 89 en contra).
El congreso de Bucarest fue organizado por el Partido Nacional Liberal (PNL), afiliado al Partido Popular Europeo. El PNL es, en el Gobierno rumano, el socio menor del Partido Socialdemócrata (PSD), de izquierdas, miembro del partido de los socialistas europeos.
El Partido Popular Europeo tiene el grupo más numeroso en el actual Parlamento Europeo y las encuestas de intención de voto, en los 27 Estados miembros, lo siguen situando en primer lugar. Esto, según los analistas, permitirá al Partido Popular continuar al frente de Europa, con una Comisión Europea que, al igual que hasta ahora, incluirá a los socialistas y a los liberales del ALDE-Renew Europe (Renovar Europa), respectivamente.
Von der Leyen también anunció en Bucarest las prioridades de su potencial nuevo mandato de cinco años. Estas se centran en el apoyo a Ucrania, invadida por las tropas rusas, la defensa europea y la lucha contra el extremismo. La jefa de la Comisión Europea dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, no debía ganar esta guerra que había declarado y por medio de la cual estaba intentando desplazar las fronteras por la fuerza. Añadió, igualmente, que la Unión Europea estaba con Ucrania y solo así iba a poder preservar la libertad y la prosperidad del espacio comunitario.
En el Congreso del Partido Popular Europeo también se votó por unanimidad un amplio manifiesto electoral, en el que se exigió, entre otras cuestiones, la plena adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen de libre circulación. Sin embargo, la unanimidad se resquebrajó al cabo de muy pocas horas. Austria sigue oponiéndose al ingreso de los dos países, que son miembros de la Unión Europea desde 2007 y que apenas a finales de este mes de marzo se incorporarán a Schengen con sus fronteras aéreas y marítimas, pero sin las fronteras terrestres.
Unos 25 millones de rumanos y búlgaros siguen siendo, según la prensa, europeos de segunda clase, solo porque así lo quiere el canciller conservador austriaco Karl Nehammer, cuyo partido también está afiliado al Partido Popular Europeo. A pesar de que las estadísticas de la UE los contradicen, el canciller y su equipo ejecutivo echan la culpa, con una constancia que ya cansa a todo el mundo, a las oleadas de inmigrantes ilegales procedentes de África o Asia, que llegarían a su país a través de Rumanía. En Bucarest, Nehammer habló tanto con el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, antiguo líder del Partido Nacional Liberal, como con el primer ministro socialdemócrata Marcel Ciolacu, pero su postura no cambió: el sistema Schengen no funciona en la actualidad y, por consiguiente, no es posible ampliarlo.
Traducción al español: Gabriela Ristea