Cambios fiscales y presupuestarios
El 1 de julio llega con nuevas subidas de precios para los rumanos.
Bogdan Matei, 01.07.2024, 11:45
La buena noticia es que, para algunos rumanos, el segundo semestre de 2024 será aparentemente más fácil. La mala noticia es que para todos sube el coste de la vida. Desde el lunes 1 de julio han entrado en vigor una serie de cambios fiscales decididos por el Gobierno que van desde el aumento del salario mínimo hasta subidas de los impuestos especiales sobre los carburantes o la disminución del índice utilizado para calcular los tipos de intereses bancarios.
En total, más de 1,8 millones de empleados se beneficiarán de los efectos del aumento del salario mínimo bruto del país de 3.300 a 3.700 leus a partir del 1 de julio. La ganancia neta para los 760.000 trabajadores que cobran el salario mínimo es de 284 leus. Como un euro vale unos cinco leus, el aumento no llega a 57 euros. Para garantizar que ningún ingreso se vea afectado por la nueva escala salarial, dicen las autoridades, se ha suprimido el umbral de 4.000 leus para los vales de comida y las ayudas alimentarias.
También a partir del lunes, los tipos de los préstamos en moneda nacional experimentarán una ligera reducción como consecuencia de la bajada del índice de referencia del crédito al consumo, conocido como CIRR – del 5,9 % al 5,86 %. Sin embargo, los analistas económicos afirman que la bajada no tendrá un gran impacto en las cuotas mensuales de quienes hayan pedido préstamos a los bancos. Son sólo de cuatro a cinco leus, según el saldo.
En el segundo semestre también aumentarán los impuestos especiales sobre la gasolina, una medida prevista cada año en el código fiscal que pretende actualizarlos con la inflación.
Como resultado, según la aplicación del Consejo de la Competencia, el precio del litro de gasolina estándar en Bucarest costaba, el lunes por la mañana, entre 7 leus y 42 bani y 7 leus y 56 bani. Es decir, un aumento medio de unos 40 bani, diferencia que también se aplica al gasóleo. Algunas gasolineras PECO ya han aumentado los precios de la gasolina desde la semana pasada. La prensa espera que las gasolineras sigan subiendo los precios, sobre todo porque la demanda de gasolina también aumenta en la temporada turística de verano. El precio de la gasolina, dicen los expertos, es sólo una pequeña parte del precio del combustible en surtidor. Aproximadamente la mitad del precio corresponde a impuestos e impuestos especiales. Actualmente el déficit presupuestario es bastante grande y tiende a crecer y el Gobierno necesita dinero para el presupuesto.
A partir del 1 de julio habrá cambios también en las facturas de gas natural, ya que la Autoridad Nacional Reguladora de la Energía (ANRE) aprobó la semana pasada un aumento medio del 19 % en las tarifas de distribución. Los analistas económicos afirman que el aumento de los impuestos especiales sobre los carburantes y de las facturas del gas tendrá un efecto dominó y provocará inevitablemente una cadena de subidas de precios, desde los alimentos hasta las vacaciones.
Versión en español: Victoria Sepciu