Cambios en el vértice del Partido Social Demócrata
Entre la espada y la pared, el Gobierno rumano trata de renovarse.
Bogdan Matei, 29.05.2019, 13:41
En el PSD, el partido a la cabeza del Gobierno rumano, se vendan heridas y se redistribuyen carteras. Tras recibir en sólo 48 horas dos golpes de magnitud histórica, el partido está traumatizado. El pasado domingo, con motivo de las elecciones para el Parlamento Europeo, los socialdemócratas se clasificaron en segundo lugar, varios porcentajes detrás del PNL, obteniendo un 23% de votos y con un avance mínimo frente a la tercera formación clasificada, la Alianza Unión Salvar Rumanía-PLUS. La Alianza de Liberales y Demócratas, socio en el Gobierno, se situó por debajo del umbral electoral del 5%. Además, el referéndum sobre temas de la justicia, convocado por un adversario encarnizado de la izquierda, el presidente Klaus Iohannis, y organizado junto con el escrutinio europeo, ha confirmado el deseo de una mayoría neta de la sociedad de continuar la lucha anticorrupción. Además, este lunes, el que fuera el hombre más fuerte de la coalición en el poder, Liviu Dragnea, ha sido encarcelado tras ser condenado por el Tribunal Supremo a una pena de cárcel de tres años y seis meses por delitos de corrupción. Se trata de instigación a delitos de prevaricación durante el período en que fue presidente del Consejo departamental de Teleorman. Antes, Dragnea había sido sentenciado también a dos años de cárcel con suspensión por fraude electoral y así ha salido de la escena el hombre político que en diciembre de 2016, había obtenido para el PSD una victoria histórica en las elecciones legislativas, ganando casi un 45% de votos, dos veces más de lo que ha obtenido ahora, después de dos años y medio de un gobierno percibido por muchos como populista, discrecional y caótico.
Promovida por el propio Dragnea, y considerada leal a éste, la primera ministra, Viorica Dancila, ha asumido el cargo de presidenta ejecutiva, la jefatura interina del PSD, hasta la organización de un congreso extraordinario. Las primeras decisiones aprobadas por la dirección socialdemócrata indican más bien una ruptura de la época de Dragnea. También ha sido desbancado el impopular secretario general Codrin Stefanescu, y en cambio han vuelto a ocupar cargos clave personas que en la época de Dragnea habían caído en desgracia. De este modo, el ex vice primer ministro, Paul Stanescu, es el nuevo presidente ejecutivo y la alcaldesa general de la capital, Gabriela Firea, ha vuelto a ocupar el cargo de vicepresidenta y jefa interina de la organización del PSD en la capital. Firea ha enviado ya un mensaje de conciliación hacia los exdisidentes socialdemócratas reagrupados en el partido PRO Rumanía del ex primer ministro Victor Ponta. A su vez, la primera ministra Viorica Dancila, ha abogado a favor de la unidad del partido, del diálogo y la apertura hacia cualquier persona interesada en sumarse a los socialdemócratas. La dirección del PSD ha votado por su permanencia en el poder. Todavía no resulta claro si el partido abandona las políticas promovidas por Liviu Dragnea, percibidas por la oposición, la prensa y la sociedad civil como un intento perseverante de subordinar a los magistrados y detener la lucha anticorrupción. La nueva jefa de los socialdemócratas ha anunciado también que irá a Bruselas y a otras capitales occidentales para dialogar con los responsables de las instituciones europeas y para reunirse con los líderes de izquierda en el intento de recomponer su imagen en el exterior ya que el pasado mes de abril, el partido de los socialistas europeos anunciaba la congelación de las relaciones con los socialdemócratas rumanos mostrándose preocupado por la inobservancia del Estado de derecho en Rumanía.