Apoyo a la integración europea de la República de Moldavia
Durante su primera visita a Chisináu como presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk ha expresado su agrado por los progresos de la República de Moldavia, pero ha recomendado a las autoridades que aceleren las reformas obligatoriaspara la integración.
Bogdan Matei, 29.04.2015, 15:50
El más importante de los representantes de Bruselas presentes este año en Chisináu ha confirmado que la República de Moldavia sigue siendo el primero del grupo de seis estados exsoviéticos que la Unión Europea ha cooptado en la Asociación Oriental. Al final de su visita, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha declarado:
“Para mí, y no solamente para mí, la República de Moldavia sigue siendo el colaborador más prometedor en este complicado proceso y estoy seguro de que el proceso de extensión de la Unión Europea tendrá un final feliz. Vuestras aspiraciones europeas se justifican totalmente.”
Tusk, quien se ha reunido con los mandatarios más importantes de la administración prooccidental de Chisináu — el presidente Nicolae Timofti, el primer ministro Chiril Gaburici y el jefe del legislativo, Andrian Candu — ha vuelto a expresar el apoyo a la integración de la República de Moldavia, pero también ha pedido que se aceleren las reformas. El mandatario ha insistido especialmente en la justicia, en la lucha contra la corrupción y en el sistema bancario, afectado últimamente por los escándalos y los negocios dudosos. “Es necesario tener reformas avanzadas, una manera que produzca unos cambios reales para todos los ciudadanos”, ha afirmado el presidente del Consejo Europeo.
A su vez, el presidente de la república, Nicolae Timofti, ha admitido que las reformas son prioritarias:
“Hemos acordado que sigue siendo importante que la República de Moldavia se consolide como Estado de derecho y fortalezca sus instituciones democráticas. En este sentido, es indispensable seguir teniendo el apoyo de la Unión Europea.”
El proceso de reglamentación del conflicto congelado que existe en la región separatista prorrusa de Transnistria, así como la crisis regional producida por la involucración de Moscú en Ucrania, el país vecino de la República de Moldavia, han sido otros temas de los debates entre Tusk y las autoridades de Chisináu. Los analistas consideran que la visita del presidente del Consejo Europeo es simbólica, porque se ha cumplido un año desde la liberalización del régimen de visados para los ciudadanos europeos que viajan por el espacio comunitario.
Sin embargo, por otro lado, los expertos citados por la corresponsal de Radio Rumanía en Chisináu afirman que Tusk ha venido también para impulsar el ritmo de las reformas antes de la cumbre de la Asociación Oriental del próximo mes, que tendrá lugar en Riga, Estonia, un país exsoviético, actualmente miembro de la UE. Tusk se ha reunido también con el exprimer ministro Iurie Leancă. Bajo su dirección, el Gobierno de Chisináu firmó el año pasado con Bruselas los acuerdos de asociación y libre comercio.
Además del rencor que Leancă podría sentir por no haber mantenido su cargo después de las elecciones legislativas del mes de noviembre, su pericia en la integración europea es indiscutible. Leancă ha comparando a la república con un barco que está flotando a la deriva y ha reclamado la falta de una visión clara de la administración de Chisináu, que depende en el Parlamento de los votos de los comunistas prorrusos y a la que no considera capaz de alcanzar el objetivo que su gobierno había asumido, la adhesión a la UE en 2020.