Malestar social a principios de año
Transportistas, agricultores y médicos de cabecera han iniciado protestas este Año Nuevo
Ştefan Stoica, 16.01.2024, 10:02
El año 2023 fue turbulento socialmente, marcado por protestas que culminaron en una huelga de profesores que puso en peligro el final del curso escolar. 2024, el año de todas las elecciones posibles en una democracia europea, tuvo un comienzo aún más agitado, con protestas masivas de transportistas y agricultores, que provocaron perturbaciones del tráfico cerca de las principales ciudades, y tensiones y preocupaciones en el sistema sanitario, sobre todo en el ámbito de los médicos de familia.
Los camioneros reclaman la limitación de las pólizas de seguro obligatorio (RCA) a partir del 31 de marzo, que se evite la doble imposición, medidas para facilitar el paso por las aduanas y el reconocimiento del transporte por carretera como sector económico estratégico.
Por su parte, los agricultores afirman que se ven obligados a producir caro y vender barato. Reclaman el pago urgente de las subvenciones, la compensación de las pérdidas sufridas por los agricultores rumanos afectados por las importaciones procedentes de Ucrania y la reintroducción de los derechos de aduana sobre las mercancías de origen ucraniano. Los representantes de los agricultores piden también préstamos a interés bonificado de hasta el 2 % y la actualización del importe de las ayudas estatales sobre el impuesto especial del gasóleo.
Tras largas discusiones con los representantes de una asociación de agricultores, el Ejecutivo acordó el pago urgente de subvenciones, la compensación de las pérdidas sufridas por los agricultores rumanos afectados por las importaciones procedentes de Ucrania, la concesión de préstamos a interés bonificado y la actualización del importe de la ayuda estatal para el impuesto especial sobre el gasóleo utilizado en la agricultura. Posteriormente, el primer ministro Marcel Ciolacu declaró en una emisión televisiva que se habían resuelto el 99 % de las peticiones de los agricultores y aseguró que los cereales ucranianos no se venden en Rumanía, sobre todo porque existe un sistema de licencias acordado por los dos países.
En cuanto a los transportistas, siguen su curso las negociaciones sobre el impuesto de circulación y el impuesto especial sobre el gasóleo. El primer ministro explicó que Rumanía ya no puede permitirse quiebras en las compañías de seguros y por eso es arriesgado poner un tope a la RCA a un precio que las aseguradoras no pueden permitirse. Marcel Ciolacu prometió soluciones a todas las reivindicaciones de los conductores profesionales y llamó la atención sobre el riesgo de bloquear la economía con estas protestas.
Por otra parte, el primer ministro aseguró que no se cerrará ningún centro de atención primaria y que se está negociando el importe de los servicios médicos pagados a los médicos de familia. No obstante, el jefe del Gobierno pidió un equilibrio entre los ingresos de un médico que ejerce en una ciudad y los de un médico de familia en el campo. Los médicos de familia y los médicos de clínicas especializadas de varias ciudades del país han iniciado protestas, descontentos con las cantidades propuestas por las autoridades para la liquidación de los servicios médicos. Su opinión cuenta con el apoyo de los sindicatos, que creen que los recortes presupuestarios para las consultas de médicos de familia tendrán consecuencias negativas para todo el sistema sanitario.
Versión en español: Antonio Madrid