Año de maratón electoral en Rumanía
Rumanía entró en el año de todas las elecciones posibles en una democracia
Ştefan Stoica, 08.01.2024, 12:39
En Rumanía se celebrarán, en 2024, elecciones europeas, locales, legislativas y presidenciales, una maratón electoral sin precedentes cuyo escenario razonable es establecer el nuevo equilibrio de poder en la política sin provocar grandes perturbaciones en la economía. Los aliados en el Gobierno, los socialdemócratas y los liberales, han decidido presentarse a las elecciones por separado y la competencia entre ellos puede afectar al funcionamiento de la mayoría gubernamental.
Al Partido Socialdemócrata (PSD) se le atribuye la primera baza: una encuesta reciente indica que recibiría el 30 % de los votos, mientras que el Partido Nacional Liberal (PNL) se quedaría estancado en el 20 %. Los comentaristas dicen que la alianza con el rival tradicional les costó a los liberales, mientras que los socialdemócratas sufrieron pérdidas menores porque tienen un electorado estable. Juntos o por separado, los partidos del sistema pierden constantemente su atractivo debido a los problemas económicos y a su incapacidad para encontrar soluciones válidas y duraderas. No se trata de un fenómeno exclusivo de Rumanía.
Los partidos antisistema, nacionalistas radicales, soberanistas populistas y extremistas especulan en todas partes sobre la falta de vigor de las formaciones tradicionales y demuestran ingenio en su intento de conquistar grandes segmentos del electorado. En Rumanía, el principal exponente de estas corrientes es la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), a la que se le atribuye un 19,5 % en las encuestas de opinión. La AUR reunió en su torno a partidos casi anónimos y creó un polo soberanista, y en las elecciones europeas del 9 de junio, que le ofrecerá una plataforma perfecta, espera dar el paso decisivo hacia la gran política.
Recién aparecida en la escena política, la AUR ya se enfrenta a un ala disidente, la S.O.S, creada en torno a una senadora, Diana Şoşoacă. Su agresividad y posición prorrusa, el hecho de ser adepta de las teorías de conspiración vulgar y de estar en contra de la vacunación, atributos que también se encuentran entre los miembros de la AUR, la hacen aún más inapropiada que los representantes de su partido matriz. Esta formación contaría con un 5 % de apoyo, el límite de acceso al Legislativo.
Sin embargo, también existe una oposición democrática al binomio social-liberal: la Unión Salvar Rumanía (USR), el Partido Movimiento Popular (PMP) y la Fuerza de la Derecha (FD) lanzaron oficialmente, a finales del año pasado, la Alianza Derecha Unida, considerada una alternativa al PSD-PNL y ya han decidido la lista de candidatos para las elecciones europarlamentarias. En el Parlamento, la USR es la tercera fuerza política, pero la falta de un esquema ideológico, la inmadurez y los errores de comunicación retrogradaron a esta formación al cuarto lugar en la intención de voto, con casi el 12 %. Junto a la USR llegaron el PMP, un partido creado en torno al expresidente de Rumanía, Traian Băsescu, y los disidentes liberales liderados por el ex primer ministro y exlíder del PNL, Ludovic Orban. No puede excluirse de los cálculos electorales a la Unión Democrática de Húngaros en Rumanía (UDMR), a la que la disciplina de los votantes étnicos húngaros y la apatía de la mayoría han llevado, tras cada elección, al Legislativo.
A excepción de los comicios europarlamentarios, el calendario electoral no está decidido. Como curiosidad, ninguno de los competidores ha elegido a su candidato para la carrera electoral más apasionante, la presidencial.