Antiguos altos cargos en el punto de mira de la Justicia
La escena política de Bucarest, sacudida por el escándalo de la adquisición de vacunas contra la pandemia
Bogdan Matei, 28.11.2023, 10:34
Las consecuencias de la pandemia de COVID-19 no han desaparecido por completo en Rumanía. Tras la psicosis del miedo a la enfermedad o, por el contrario, del miedo a la vacuna; tras las restricciones, sin precedentes en la Rumanía poscomunista, impuestas por los gobernantes a las libertades de los ciudadanos; tras los graves daños a la economía y a la cohesión social, el COVID sigue golpeando, ahora a nivel judicial y político.
Los senadores de Bucarest deben votar sobre la solicitud de la Dirección Nacional Anticorrupción (DNA) de levantar la inmunidad parlamentaria del ex primer ministro liberal Florin Cîțu, para que pueda ser investigado en el caso de la compra de dosis de la vacuna anti-COVID-19 a principios de 2021. Los líderes del PSD y del PNL han anunciado que los diputados de los dos partidos gobernantes votarán a favor de levantar la inmunidad al senador Cîțu. La USR, ahora en la oposición, dice que votará en el mismo sentido.
En el mismo caso, los antiguos ministros de Sanidad de la USR, Vlad Voiculescu y Ioana Mihăilă, también están acusados de abuso de poder, y el presidente Klaus Iohannis ya ha aceptado levantarles la inmunidad. Andrei Baciu, miembro del PNL, está acusado de los mismos delitos que los dos ministros, pero no es necesario levantar su inmunidad porque no posee esta forma de protección.
Según los fiscales, Cîțu y sus antiguos subordinados aprobaron la compra de muchas más dosis de vacunas de las necesarias en Rumanía y crearon un perjuicio de mil millones de euros. El actual titular de la cartera de Sanidad, el socialdemócrata Alexandru Rafila, declaró que Rumanía había encargado en total unos 80 millones de dosis de las vacunas COVID-19 disponibles, de las que se suministraron 35 millones. El Estado rumano, añadió Rafila, pagó un total de 2 500 millones de leus (el equivalente a 500 millones de euros) por las vacunas que recibió, pero la prensa considera que se trata de una cantidad enorme y desproporcionada de vacunas para una población de menos de 20 millones de habitantes, la mayoría de los cuales son muy reacios a utilizar los sueros de inmunización.
Tan efímero como primer ministro y líder del partido, hoy Cîțu está aislado en el PNL y dice que se defenderá por sí mismo y con la ayuda de abogados de los cargos presentados por los fiscales. La USR, por su parte, ha levantado un muro en torno a sus ex ministros de Sanidad y acusa que se trata de un escándalo orquestado políticamente. El jefe del partido, Cătălin Drulă, afirma incluso que el caso contra Voiculescu es un ejemplo del uso de las instituciones estatales contra la oposición. Los comentaristas consideran extraño este planteamiento, dado que la USR afirmó haber sido fundado precisamente como partido anticorrupción, e incluso lanzó, hace unos años, el eslogan ¡Yo voto DNA!
El escándalo de las vacunas, escribe también la prensa, no es más que el preludio de un periodo de intensa agitación política, ya que el año que viene Rumanía celebrará elecciones parlamentarias, locales, legislativas y presidenciales.
Versión en español: Antonio Madrid