Creciente descontento social
Las protestas se han extendido en los últimos días entre los funcionarios rumanos
Roxana Vasile, 16.11.2023, 10:17
¡Fin ruidoso del otoño sindical en Rumanía! Funcionarios de las cajas de pensiones, de los organismos de empleo e inspección social y de pago, así como de las direcciones de salud pública de los distritos han parado temporalmente el trabajo para exigir salarios más altos y el fin de las desigualdades. Además, se quejan de las condiciones y la pesada carga de trabajo. Están dispuestos a hacer una huelga de advertencia y posiblemente una huelga general si no se encuentran soluciones a las reivindicaciones expresadas por el líder del sindicato de empleados AJOFM Botoșani (noreste), Gabriela Drobotă:
«Nuestras reivindicaciones vienen generadas por las desigualdades del sistema público, la injusticia salarial. Otras categorías de funcionarios que están en la misma escala, en la misma familia profesional, tienen sueldos muy superiores a los nuestros. Luego, las condiciones de trabajo: equipos anticuados, aplicaciones a veces inutilizables…»
La brecha salarial también ha sacado a los empleados del Ministerio de Sanidad a las calles de Bucarest, donde decenas de personas han gritado sus quejas frente a la institución, después de que el Parlamento aprobara previamente una ley destinada a resolver una situación similar para los empleados de las oficinas distritales del seguro de enfermedad, que se quejaban de que sus salarios eran inferiores a los de sus colegas de la estructura central. Simona Miu, dirigente sindical:
«Los empleados del Ministerio de Sanidad protestan por una bonificación uniforme por condiciones perjudiciales en el Ministerio de Sanidad. ¡Queremos que esta bonificación se calcule para todos los empleados del Ministerio de Sanidad! Y la segunda reivindicación es equiparar los salarios a los del Servicio Nacional de Salud».
Los farmacéuticos tampoco están contentos. Sus reivindicaciones están relacionadas con el salario, con las tasas de adición de medicamentos que no se han modificado desde 2009 y con los retrasos en la liquidación de las píldoras dispensadas gratuitamente o con compensación:
«Queremos llamar la atención de las autoridades sobre nuestra profesión, desatendida por las autoridades durante muchos años. Queremos mostrar nuestro papel en el sistema sanitario y demostrar que no se puede ignorar lo que hacemos por el paciente. Estamos haciendo esfuerzos extraordinarios para proporcionar medicamentos a nuestros pacientes en estos momentos».
Por otra parte, la Administración de Hospitales y Servicios Médicos de Bucarest pide al Gobierno que tome medidas, pues de lo contrario el sistema médico corre el riesgo de colapso. Retrasos en la facturación de citostáticos, financiación incoherente del programa nacional de ortopedia que impide planificar y programar los trabajos de implantología o falta de fondos para pagar las facturas de los servicios públicos son algunas de las difíciles situaciones que atraviesan los hospitales. Todo ello, señala la ASSMB, se ve acentuado por un reciente decreto del Gobierno sobre recortes de gastos en las instituciones públicas, que pone en peligro la salud de los pacientes y el funcionamiento de los hospitales por falta de recursos económicos.
Versión en español: Antonio Madrid